Qué difícil hacemos, los hombres,
la vida.
Sujetos a nuestras razones,
no hacemos si no mantener
las espadas en alto,
gastando el tiempo y
desgastándonos, en algo estéril.
La lluvia cae, y
cuanto más suave lo hace
más empapa la tierra.
Las obras (calladas) son las que marcan y
dan el sentido a la existencia del hombre.
Cuantas palabras pronunciadas y
que pocas comprendidas.
Cuantas sonrisas que no son tales,
cuantos pasos que no conducen a nada.
El silencio duele
cuando gustado se pierde.
El silencio plenifica
ante la superabundancia
de diálogos cerrados.
Esta noche hasta el tic-tac
del reloj despertador me molesta
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