Cansada de esperar
se decía fuera sí.
El amor no se explica.
Cansada del mundo
en el que vadeaba
buscaba un asidero
en el que descansar un momento.
Su cuerpo no encontraba reposo y
su alma vivía fuera de sí.
El crepúsculo, aquel día,
parecía haberse olvidado de la luz y
sus sombras eran más brumosas.
Sabia amiga mía,
el amor no se pregunta se vive.
La única respuesta posible
es la entrega sin explicación.
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