Del evangelio de San Lucas 15,18-19
El hijo dijo entonces: “Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
RESPUESTA A LA PALABRA
Señor, qué cosas pensaba aquel hijo Bien se veía que no conocía a su padre. ¿Cómo no merecerse hijo, si lo es?.
Un padre no puede negar a su hijo, como un árbol no puede negar sus hojas.
Señor, no es nada fácil llegar a saber que todo hijo no llega a saberse hombre hasta que mira cara a cara a su padre y se contempla en su rostro.
Decir “mi padre” es decirme a mí mismo, entrañarme en su corazón, es descubrirme en mi más íntima realidad.
Para Dios no es un problema de merecer, porque el amor que le antecede sobrepasa toda medida.
Para compartir esta historia, elija cualquier plataforma
Deje su comentario
Usted debe estar identificado para comentar