Del evangelio de san Lucas 1,38
María contestó:
“Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”
RESPUESTA A LA PALABRA
No es María la esclava a la que han arrancado su libertad.
Si así fuera no entenderíamos su amor.
La obediencia sin medida de María
nace no de lo que le quita Dios,
si no de lo que le otorga.
Dios la ha amado como a nadie
y ella, señora de sí,
desde la más absoluta libertad
se entrega al amor incondicional de su Amor.
Deje su comentario
Usted debe estar identificado para comentar