Maximiliano Kolbe repetía a sus novicios:
“Escuché a Dom  Helder Cámara decir:
La vida es rezar con el cardenal Van Thuan para aprender amar”.

En otra ocasión dice:
Una vez la Madre Teresa de Calcuta me escribió:

Lo importante no es el número de acciones que hacemos,
sino la intensidad del amor que ponemos en cada acción.
Una sola recompensa : Dios mismo.

Y refiriéndose a Sto. Tomás de Aquino, comenta:

Cuando Dios le dijo a Santo Tomás de Aquino:
Has escrito bien acerca de mí, Tomás:
¿Qué recompensa quieres?.
Santo Tomás respondió:
“¡Sólo a Ti, Señor
!

Y nos deja la siguiente oración:

Señor Jesús, arrodillado,
de tú a tú ante el tabernáculo,
comprendo:
no podría elegir otro camino,
otro camino más feliz,
aunque, en apariencia,
hay otros más gloriosos.

Pero Tú, amigo eterno,
único amigo de mi vida,
no estás allí presente.
En ti está todo el cielo
con la Trinidad,
el mundo entero y
la humanidad entera