En la soledad
oigo apagarse las estrellas.
Mi corazón se pregunta
en medio de un ventarrón
de sentimientos cruzados
¿Qué puedo darte yo por tu amor
como no sea mi pobreza
que es lo único que puedo
proclamar como mía?.
Soy como un libro expuesto a la ventisca,
que arranca y se lleva de mí
todo lo que el Amor de todo amor
escribe en mí corazón
pero no toca mis deseos profundos de amar,
permaneciendo mis sueños azules
insistiéndome en que permanezca
abriendo mis deseos a su luz
acoja sus caricias al despertar cada mañana.
Olvidándome de la jaula que otros eligen,
acogiendo y adentrándome en el mar sin limites
del amor callado al que estoy destinado
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