Se extiende la tarde descolorida
hasta tocar el horizonte.
quien contempla como antaño el otoño
no puede esperar otra cosa.
Sin embargo quienes tenemos
un pacto con los colores,
terminado el verano y
la luminaria del sol se apaga
un rumor de colores
de la mano del viento del oeste
surge desvelándonos
el misterio callado
de cuanto vive sin gritar
para hacerse notar.

La tarde fría invita a pasear bajo la arboleda
en la que un tapiz de hojas secas
amortiguan las pisadas y
ponen música a nuestro andar

Los árboles amarillos han transformado el paisaje
sus hojas arrancadas por el viento
parecen mariposas
que terminan de haber
abandonado la crisálida.

Un viento Abrego anuncia la proximidad de la lluvia