De Isaías 30, 19-21. 23-26

Una voz de esperanza
se abre paso
en medio de la noche
que ciega el horizonte
de los que andan perdidos y
no encuentra más camino
que el de su sombrío
abatimiento.

Pobres de pan y cortos de agua
gimen en medio de la estepa
esperando la piedad de Aquél
que es más fuerte que el Malo
para que rompa los grilletes
que cierran la conciencia
de un mundo que ha olvidado
las referencias esenciales
para llegar a la ciudad de todos.

Una voz de esperanza
Susurra como pequeña brisa
Embrionaria de un Fuerte Viento
portador de Verdad liberadora
que barrerá la mentira y
la maldad enquistadas
en los entresijos del corazón humano.
Viento  engendrador de la Palabra
que antes de ser Camino
se expresa en el sentir
del quien es Primero en el amor
e invita a caminar por Él.

Oíd todos  los que esperáis en Dios.
Éste es el camino caminad por Él
para que nadie os engañe
para que nada  tuerza vuestra
voluntad de bien
para que lleguéis a la ciudad de todos
en la que la semilla que se siembre
de pan en abundancia.
Los ganados se multiplicarán
sin medida y será tanta la luz
que podréis lavar en ella
la conciencia para ver con verdad y
vivir con rectitud.

 El Señor vuestro Dios  
curará vuestras heridas .