Como paloma solitaria
gime su alma
la pérdida del Amigo.
Ausencia esencial la suya.
Sin Él no es nada más
que soledad vana
realidad sin sustancia.
Otras veces tuvo
que transitar sin ánimo y
con el alma herida.
Ahora debe permanecer
desnudo y despierto
sin más arrimo
que la levedad del gemido
que reclama la vuelta del Amado.
¿Adonde te escondiste
clama en su delirio
y me dejaste caer en el silencio
de la nada engañadora
de mi muerte?
Vuelve a mí.
Revísteme de ti.
Dame vida dándome tu vida
porque no tendré reposo
mientras no brote tu amor
del manantial que ya has cavado
en mis adentros.
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