El viento ha desnudado los almendros
vistiendo de blanco los aledaños del camino.

Las flores caídas se arremolinan al pie del majano
y hacen que la hierba parezca más verde.

Verde tierno, blanco rosado y  el ocre pardo
de las calizas amontonadas en el majano
ponen matices en la tarde,
presidida por un cielo encapotado
que amenaza lluvia.