De Isaías 25,6-10
En medio de la penuria y el oprobio,
cuando el futuro se percibe torvo y
el presente manifiesta su peor cara
crece la voz que viene
desde el otro lado de las sombras
iluminando conciencias
abriendo la vida a la esperanza.
Voz que inunda y que penetra
Voz que ilumina y que ilusiona.
Voz que desata la vida
secuestrada por el Malo.
Aquel día se dirá:
No más muerte ni llanto
celebremos y gocemos
porque el mar divino
de la vida ha recalado
en el corazón del hombre y
la divinidad ha pasado a
convivir con él.
Comamos y bebamos de su mesa
preparada desde antaño
con blancos manteles y
delicadas flores
en la que el Pan tierno y
el oloroso vino esperan saciar
todas las hambres de justicia.
Celebremos la locura de Dios
que ha empeñado a su Hijo
Tesoro de su Vida y
vida de los hombres
haciéndole pequeño
para que nadie tema y
pueda rechazar al Amor
que sólo sabe amar.
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